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Última actualización: Feb 11th, 2022 - 09:25:19


Generación de tecnología para mejorar la productividad de la soya en el trópico de México
INIFAP
Nov 27, 2018, 16:33

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Informe técnico final 2016 - 2018

El INIFAP ha generado seis variedades de soya: Huasteca 100, Huasteca 200, Huasteca 300, Huasteca 400, Tamesí, Huasteca 600 y Huasteca 700, éstas son de alto rendimiento con potencial de 3 a 4 t ha-1 y se cultivan principalmente en el sur de Tamaulipas. Estas variedades, entre otros factores relacionados con el manejo agronómico, difícilmente logran expresar su mayor potencial de rendimiento debido a que se enfrentan a temporales irregulares ya que, en años con disminución apreciable de la lluvia, la sequía reduce hasta en más del 50 % su producción. Lo que repercute negativamente en el rendimiento, ocasionando pérdidas económicas para los productores y disminuyendo la producción y abasto nacional.

En México, la sequía se debe básicamente a la escasa y errática distribución de la precipitación, que causa pérdidas en los cultivos que van del 60 a 100 %. Sin embargo, este fenómeno se presenta de manera diferente a nivel local. Por lo que es importante que la caracterización de los genotipos para resistencia a sequía se realice in situ, complementándose en la medida de lo posible con el mejoramiento asistido por marcadores moleculares.

El considerar estos aspectos en los programas de mejoramiento genético nacionales, debe ir de la mano con la generación de variedades de alta productividad que atiendan la mayoría de las necesidades y demandas tecnológicas tanto de temporal como de riego, ya que también existen áreas bajo condiciones de riego, que precisan de variedades que respondan a la aplicación de riegos complementarios para explorar el máximo potencial de rendimiento de la soya bajo estas condiciones.

Además de lo anterior, existe la necesidad de actualizar otros componentes tecnológicos que pueden contribuir al mejoramiento de la productividad del cultivo, siendo prioritaria la biofertilización con el uso de biofertilizantes y nuevos inoculantes a base Bradyrhizobium japonicum, de esta manera aprovechar la fijación biológica del nitrógeno atmosférico en este cultivo, con lo que se puede contribuir al ahorro de costos de producción por concepto del uso de fertilizantes nitrogenados.

También se tiene identificado que, en las regiones actuales productoras de soya del trópico mexicano, se tienen problemas serios con la maleza, por lo que es necesario actualizar el control químico de estos organismos, ya que el uso de herbicidas constituyen la herramienta más efectiva para el control de maleza, sin embargo, se requiere generar los conocimientos técnicos para la elección, aplicación eficiente y oportuna de un herbicida, para reducir las pérdidas de rendimiento que ocasiona la competencia de la maleza con el cultivo.

Para mejorar la producción y competitividad del cultivo de soya en las regiones del trópico mexicano, es fundamental la generación de nuevas variedades de alta productividad y actualizar varias tecnologías que atiendan las principales necesidades y demandas de los productores de esta región ecológica del país, tanto para las condiciones de temporal como de riego. El objetivo general del proyecto fue seleccionar líneas de soya de alta productividad y con características de grano que demanda la industria, así como seleccionar genotipos de soya resistentes a sequía y líneas que respondan a condiciones de riego, y generar información para actualizar varios componentes tecnológicos para la producción del cultivo. Se realizaron los experimentos y actividades programadas en el proyecto para la etapa 2016-2017 y 2017-2018.

Se refrescó la semilla de 729 genotipos de soya, dichos materiales también fueron caracterizados morfológica, fisiológica y agronómicamente. En el desarrollo de nuevas líneas mejoradas de soya tropicales, se realizó el avance generacional de poblaciones segregantes, 41, F3 y 15, F4, además se establecieron 22 poblaciones F5, en estas últimas se realizaron 3,015 selecciones individuales de ciclo “intermedio” y “tardío”; también se derivaron 772 líneas F6, de las cuales en 418 se estimó preliminarmente un rendimiento de 3004 a 5824 kg/ha. En las evaluaciones de líneas avanzadas se realizó la prueba preliminar de rendimiento (PPR) de 348 materiales genéticos, de los cuales se seleccionaron fenotípicamente en campo 248 líneas, de estas, 185 tuvieron un rendimiento de 3300 a 6035 kg/ha; en los ensayos preliminar de rendimiento se evaluaron 148 líneas avanzadas, donde se seleccionaron 54 con rendimiento de 3137 a 4134 kg/ha, varias de estas líneas tienen un periodo de llenado de grano largo. En la evaluación uniforme trópico húmedo se evaluaron 19 líneas avanzadas y seis variedades en las localidades Sur de Tamaulipas, Campeche y Chiapas, donde en 2017, se obtuvo un promedio de rendimiento de 2756, 2689 y 2804 kg/ ha, respectivamente, en este ensayo sobresalieron en rendimiento promedio y estabilidad en los dos años de evaluación los materiales H02-1337, Huasteca 600, H10-2884, Tamesí y H02-1987, con rendimiento de 2598, 2626, 2575, 2532 y 2502 kg/ha, respectivamente.

En el estudio de resistencia a sequía, esta disminuyó el contenido volumétrico del agua afectando el rendimiento y otras características fisiológicas y agronómicas de los genotipos evaluados. Siete genotipos registraron el mayor índice de selección considerando las características donde hubo diferencias estadísticas. Según el modelo 2 de resistencia a sequía, H98-1021 (precoz), H98-1076 (intermedio) y H06-1014 (tardío) mostraron los mejores efectos específicos para enfrentar el estrés durante este estudio. La línea H80-0994 sobresalió en siete de los ocho índices evaluados, mientras que H98-1076, H02-1453, H10-3057, Huasteca 400 y Huasteca 600 destacaron en cinco índices. Por otro lado, el mejor rendimiento bajo condiciones de buena humedad lo consiguieron H98-1068 y H98-1076. Respecto al avance en los análisis de contenido de aceite y proteína en la semilla de los materiales evaluados en 2017, se identificaron en la EUTH tres genotipos con alta proporción de aceite en base seca la cual osciló alrededor de 26%, y la variedad Huasteca 300 presentó el mayor nivel de proteína que fue de 44.6%; en la PPR se identificaron tres genotipos con una proporción del ácido oleico entre 29 y 30%.

En el área de manejo agronómico se evaluó la efectividad de diferentes herbicidas en el control de la maleza en soya y su posible efecto fitotóxico sobre el sorgo y cártamo sembrados en secuencia después de la soya en el ciclo otoño invierno. Se evaluaron varios herbicidas preemergentes y postemergentes y mezclas, se encontró que sulfetrazone, 240 gia ha-1 (Boral, 0.5 L ha-1) tiene un excelente control de la maleza en soya y no causa ningún efecto fitotóxico en el cultivo de sorgo o cártamo sembrado en secuencia en el ciclo otoño invierno.

En la evaluación preliminar de genotipos de soya en condiciones de riego se observó que, bajo condiciones adecuadas de humedad durante todo el ciclo en comparación con el tratamiento de humedad adecuada hasta floración, representó un incremento promedio del rendimiento de 20%, los genotipos que mejor respondieron al riego fueron Huasteca 600 y Huasteca 700. Por otro lado, en la evaluación de biofertilizantes no se detectó diferencias significativas en el rendimiento y las demás variables medidas por efecto de la aplicación de estos productos en las variedades comerciales y líneas promisorias.

Además de las actividades de investigación, se realizaron actividades de apoyo a la transferencia de tecnología en el cultivo de soya, en la producción de semilla básica se lograron las metas, en P-V 2016 se produjeron 18,000 kg de semillas, y en P-V 2017 se produjeron 25,000 kg, distribuidos en: 1,000 kg de Huasteca 100; 5,000 kg de Huasteca 200; 3,000 kg de Huasteca 300; 6,500 kg de Huasteca 400; 3,000 kg de Tamesí; 3,500 kg de Huasteca 600 y 3,000 kg de Huasteca 700. En eventos de capacitación y demostraciones en campo, se realizaron seis cursos, ocho demostraciones en parcelas de productores y un Día del agricultor, a estos eventos asistieron 733 personas entre productores, técnicos, estudiantes y público en general.

Para fortalecer la operación de la investigación se adquirieron equipos para los trabajos de campo y laboratorio, lo que contribuirá a mejorar la calidad de la investigación que se realiza en el cultivo de soya en México.


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