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El agua, un recurso que se debe administrar
Esteban Michel Ramírez, FIRA
Apr 30, 2012, 00:00

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Cuando nuestros maestros nos dijeron que el agua era un recurso renovable, respiramos aliviados. Nos aseguraron que desde hace miles de años se mantenía en los mismos niveles, gracias al ciclo hidrológico. Así, del mar emerge el vapor de agua que forma las nubes, las cuales gracias al viento penetran en el continente y, por cambio de temperatura, el vapor de agua se condensa y se precipita como lluvia. A partir de ahí, cuando el suelo se satura, el recurso escurre hacia las partes más bajas de la fisiografía y, finalmente, el agua regresa al mar.

Sin embargo, la escasez aparente y contaminación actual limita su aprovechamiento, lo que preocupa y nos mantiene ocupados en buscar alternativas de solución, principalmente en la agricultura, sector donde más se consume el líquido.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CNA), en Sinaloa 94% del agua se destina a la agricultura, con un consumo de 8,656 millones de milímetros cúbicos de un total disponible de 9,207 millones de milímetros cúbicos. A nivel mundial, el consumo del sector se estima en 77% del total. Por ello, tanto sociedad como gobierno debemos actuar con atingencia para implementar medidas preventivas y correctivas para optimizar el consumo agrícola, industrial y urbano.

Al respecto, han sido propuestas prácticas como la siembra de cultivos de menor demanda hídrica, como las oleaginosas, donde sobresalen el cártamo, ajonjolí y soya. Además, se ha insistido en la tecnificación del riego utilizando sistemas eficientes como el goteo y la microaspersión.

En este mismo sentido, se recomienda reforestar las cuencas de captación de agua, pero sobre todo usar sistemas de producción ahorradores de agua, como la labranza de conservación, que permiten ahorrar agua al tener residuos vegetales que cubren el terreno e impiden que el agua en movimiento dentro del suelo se pierda por evaporación.

Adicionalmente, otras opciones que debieran implementarse pronto son el reciclaje y uso de aguas grises y la captación de agua de lluvia en las ciudades y en el campo.

Por otro lado, el balance hídrico por regiones se deberá estudiar más a fondo y registrar las variaciones que el cambio climático genera para preparar soluciones integrales, ya que actualmente llueve donde antes no llovía y viceversa.

Así, por ejemplo, regiones muy productivas por tener temporadas de lluvias abundantes y bien distribuidas dentro del ciclo productivo de los cultivos, como el bajío guanajuatense, empiezan a cambiar sus patrones, provocando siniestros en la agricultura. Sin duda, el agua es un tema sobre el que debemos trabajar y actuar a la brevedad.

Día mundial del Agua

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo.

Hoy en día hay 7 000 millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2 000 millones para el año 2050. Las estadísticas indican que todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin embargo, la mayor parte del agua que ‘bebemos’ está incorporada en los alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo, consume 15 000 litros de agua, y 1 kilo de trigo se “bebe”1 500 litros.

Cuando mil millones de personas en el mundo ya viven en condiciones de hambre crónica y los recursos hídricos sufren presiones, no se puede hacer como si el problema estuviera en otra parte. Afrontar el crecimiento de la población y garantizar el acceso a alimentos nutritivos para todos, exige una serie de medidas a las que todos podemos contribuir con lo siguiente:

  • Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua
  • Reducir el escandaloso desperdicio de alimentos; nunca se consume el 30% de los alimentos producidos en todo el mundo y el agua utilizada para producirlos se pierde definitivamente
  • Producir más alimentos, de mejor calidad, con menos agua
  • Llevar una alimentación saludable

En todas las etapas de la cadena de suministro, desde los productores hasta los consumidores, es posible tomar medidas para ahorrar agua y asegurar que haya alimentos para todos.


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