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Evaluación de daño por heladas tempranas en canola
Tomado del Consejo de Canola de Canadá
Oct 8, 2009, 15:29

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El cultivo de canola es una especie que para su desarrollo y producción requiere de temperaturas templadas a frescas (12°C a 18°C) y soporta el efecto de las heladas mucho más que otras especies cultivadas, excepto en la etapa de plántula y de grano acuoso.

Una helada en cualquiera de estas etapas puede provocar serios daños al cultivo. La gravedad del daño de las heladas dependerá de las condiciones de humedad, la manera en la cual se produce el deshielo, la etapa de desarrollo de la planta, y la cantidad de frío que la planta ha recibido.

La temperatura a la cual se producen daños por las heladas varía con la etapa de desarrollo, el contenido de humedad y el tiempo que la temperatura fue inferior al punto de congelación. La presencia de cristales de hielo en una planta no necesariamente significa que la planta ha sido dañada. Las bajas temperaturas dañan a las plantas principalmente porque provocan la formación de hielo entre o dentro de las células.

Ejemplo de helada que no provocó daño en una planta de canola

El agua que rodea las células de la planta se congela primero aproximadamente a 0° C, mientras que el agua dentro de la célula contiene sustancias disueltas que, en función de su naturaleza y concentración, puede bajar el punto de congelación varios grados.

Tanto el agua de alrededor de las células como el vapor de agua que se mueve fuera de estas y la que está entre los espacios de alrededor de la células se convierte en hielo.

La reducción de contenido de agua de las células provoca una baja de su punto de congelación. Esto podría seguir, hasta cierto punto, sin dañar la célula, pero por debajo de un cierto punto, se forman cristales de hielo dentro de la célula, se altera su membrana y se lesiona.

La duración de la helada es importante. La caída brusca de la temperatura durante un tiempo muy corto no puede dañar las plantas de canola, mientras que una ligera helada de unos cuantos grados que dure toda la noche si puede causar graves daños.

Después de varios días de temperaturas cercanas a la congelación, en siembras de otoño (septiembre-octubre) y en siembras tempranas de primavera (marzo-abril) la canola sufre un proceso gradual de adaptación (resistencia) que permite a las plantas soportar temperaturas de congelación (de hasta -8°C a -12°C) sin graves daños. Lo anterior explica porque la siembra de otoño-invierno (O-I) en México, soporta más el efecto de las heladas.

La canola en estado de roseta puede soportar hasta -8°C en siembras del ciclo OI

Tal resistencia a las heladas fue demostrada por estudios en las universidades de Manitoba y Saskatchewan y del Centro de Investigación de Canadá Beaverlodge en Agricultura y Agroindustria.

Es probable que el frío ponga en marcha la actividad de una cadena de genes de las plantas que produzcan o que degraden a las proteínas para proteger las células. Las plantas que crecen bajo estas condiciones tienen un ritmo de crecimiento cada vez más lento, producen pequeñas células que tienen una mayor concentración de sustancias solubles más resistentes a los daños por heladas.

La exposición a un clima cálido puede provocar que las plantas resistentes al frío pierdan tolerancia a las heladas y de forma similar a una siembra tardía de canola, muere por temperaturas de sólo -3 A -4° C. La canola en la etapa de cotiledones es más susceptible a daños por heladas que la canola de tres a cuatro hojas que, normalmente, puede soportar hasta dos grados menos de temperatura.

Las plántulas de canola generalmente se recuperarán de una helada ligera de primavera, que no dañe el punto de crecimiento de la planta. Una helada ligera marchita las hojas, pero no causa ninguna decoloración, no dañará las plantas.

Es posible que se presente alguna decoloración de las hojas, por lo general amarillenta o blanquecina, especialmente bajo condiciones de sequía. Véase la figura 1.
Figura 1

Cuando una helada oscurece los cotiledones y/o las hojas, no debe tomarse ninguna acción durante al menos cuatro a 10 días. Véase la figura 2.
Figura 2

El nivel de daño de las plantas sólo puede determinarse esperando varios días después de la helada. El tiempo es necesario para determinar el alcance del daño para evaluar si el punto de crecimiento ha muerto o no. Si hay algún color verde en el punto de crecimiento en el centro de la roseta de hojas congelada, la planta se recuperará y los rendimientos serán más altos que si el campo se resiembra.

En el año 2004, un estudio del Consejo de Canola de Canadá sobre resiembra de canola mostró una pérdida de 7.4 bushels (200 kilogramos) en comparación con un campo en el que se dejó helado el cultivo. Económicamente, se perdería $ 72/acre (29 dólares/hectárea) con la resiembra.

Bajo buenas condiciones de crecimiento del cultivo, con los rebrotes a partir del punto de crecimiento puede ocurrir en cuatro o cinco días. En malas condiciones de cultivo (frío y/o seco) el rebrote puede tardar hasta 10 días. Véase la figura 3.
Figura 3

Considere el porcentaje de plantas muertas, el porcentaje recuperado, la población de maleza y la época del año a la hora de evaluar las heladas en los campos con plántulas dañadas. Vea las Figuras 4 y 5.
Figura 4
Figura 5

 

 

 

 

Para evaluar un campo dañado por helada, camine en diagonal en todo el campo y haga una evaluación de todas las plantas en un 1/4 m2 (3 pie2) cada 20 metros y cuente cada una de las muestras.

Esto debe resultar en 50 a 100 muestras. Calcule el porcentaje de recuperación de las plantas del campo. Por ejemplo, el 80% del campo tiene un mínimo de 20 a 40 plantas recuperadas sanas por m2 (2 a 4 por pie2) y una franja fácilmente controlable de población de malezas, y el resto del campo tiene menos plantas. Este campo, probablemente tiene un mayor potencial de rendimiento que uno de resiembra, porque es probable que sólo el 20% con menos de 2 a 4 plantas por pie cuadrado se beneficien significativamente con la resiembra.

Con una moderada población de maleza que no pueda ser controlada, aumenta el umbral de la resiembra porque la competencia limita la capacidad del cultivo a compensar. Las plantas sobrevivientes tomarán ventaja de la reducción de la competencia por la luz, la humedad y nutrientes, y crecerán más grandes, produciendo más ramas, vainas y semillas por vaina, para compensar la pérdida de plantas. Las plantas sobrevivientes requieren más tiempo para madurar pero un cultivo de resiembra requerirá de un período libre de heladas mayor, y que tendrá a su vez un mayor riesgo de daños por heladas de otoño.


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