Editoriales
Legados y Cambios
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Jun 30, 2006, 11:00

Legados y Cambios

Una nueva administración de Gobierno Federal está por definirse y, es evidente que el sector agropecuario tiene que reactivarse. El nuevo Presidente de la epública y el Secretario de SAGARPA con una clara visión de cadena productiva, evaluarán los programas existentes con buenas posibilidades de desarrollo, y tendrán también que hacer cambios importantes en las políticas y brindar mayor apoyo a los Estados, a fin de garantizar mayor fluidez, eficiencia y oportunidad.


El Comité Nacional Sistema Producto Oleaginosas, con fundamento en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, por vez primera en mucho tiempo y en poco más de un año logró por fin, unificar a todos los integrantes de esta cadena que tenía bajos resultados. Productores agrícolas, investigadores, industriales y comercializadores, convencidos del programa, cuentan hoy con un Plan Rector en
donde están definidas las acciones a seguir, y se han comprometido a defender su causa. El cultivo de la canola en los valles centrales, aunque relativamente nuevo en la región, está marchando bien y con éxito. Además, se espera que pronto se intensifique el cultivo de soya y cártamo en otras regiones que ya están trabajando con estos cultivos.

Hasta aquí, podríamos pensar que todo gira sobre ruedas; sin embargo, sabemos que tan sólo hemos dado los primeros pasos y hemos definido nuestros argumentos a favor del desarrollo de las oleaginosas como una de las principales fuentes alimenticias, pero sin la participación del gobierno, poco podremos avanzar. Recordemos que en los próximos años, México tendrá que garantizar alimentos para más de 120 millones de habitantes. ¿Tenemos que permitir que los
campesinos emigren al extranjero a cultivar oleaginosas? ¿Tenemos que comprar esos mismos alimentos? ¿Tenemos que estar a expensas de los vaivenes de precios? Para abatir la pobreza y disminuir la migración, no hay mejor estrategia que consolidar las cadenas agroalimenticias que son fuentes de empleo, garantía

de alimentos para todos, igualdad de oportunidades y desarrollo integral.


En las bases empieza el desarrollo, en las bases empieza la democracia. Con agricultura, con alimentos, con empleos, con un hogar en territorio nacional, con una industria alimenticia que sea menos dependiente de la importación de materias primas y con instituciones educativas y de investigación.


Deseamos continuar con nuestro propio legado y desde ahí, establecer puentes de colaboración con un gobierno consciente de la realidad agrícola que favorezca el cambio y nos conduzca hacia el desarrollo sustentable.



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